nicko2Hay momentos en los que el tiempo parece detenerse, pero no es más que una ilusión ingenua. El tiempo fluye, implacable e incesante, obligándonos a enfrentar nuestra mortalidad, incluso cuando preferiríamos ignorarla. Para nosotros, los fanáticos de Iron Maiden, el tiempo está dejando marcas profundas. Tras la pérdida de Paul Di’Anno, hoy enfrentamos otro momento que nos toca el corazón: la despedida de Nicko McBrain, un coloso—no solo en estatura—que se retira por razones de salud. Son momentos en los que la música que ha acompañado nuestras vidas se convierte en memoria, eco, aliento. El tiempo no perdona a nadie; no hace excepciones.

42 años. Ese es el tramo del camino que Nicko recorrió junto a Iron Maiden, convirtiéndose en algo más que un baterista. Nicko fue el latido del corazón de la banda, el guardián del tiempo que marcaba cada canción, cada concierto, cada emoción. Pero no era solo un maestro de la técnica: era la cara sonriente detrás de la batería, siempre listo para desdramatizar y regalar una carcajada con su humor irreverente, una cualidad rara en un mundo a veces demasiado serio. Su risa contagiosa resonó en escenarios de todo el mundo, creando un vínculo inquebrantable con la familia Maiden y sus fanáticos.

Para quienes hemos vivido a Maiden como la banda sonora de nuestras vidas, Nicko se convirtió en más que un músico. Pensar que la caja en The Trooper o los frenéticos redobles de Aces High ya no serán suyos deja una sensación agridulce. Recuerdo a un yo más joven, conmocionado por la salida de Clive, recobrando fuerzas al escuchar la atronadora introducción de Where Eagles Dare. La espera para verlo en vivo fue más larga de lo esperado—casi dos años, ya que las fechas italianas del World Piece Tour fueron canceladas. Pero cuando finalmente llegó ese día tan esperado con el World Slavery Tour, fue amor a primera vista. IMG 1107En Filadelfia, logré fotografiarlo y tuve la suerte de estrechar su mano. En su rostro se vislumbraba el peso no solo de la edad, sino también de la dura vida de las giras. En mi interior, sabía que su retiro llegaría, pero no esperaba que fuera tan pronto, haciendo de Nueva York, el pasado 2 de noviembre, la última vez que lo viera en vivo.

Nicko, con su energía inagotable y su inconfundible presencia, parecía eterno. Pero el tiempo, ese viejo tirano, no perdona ni a los gigantes. Y así, nos encontramos despidiéndonos de otro pedazo de nuestra juventud, otro símbolo que nos recuerda que nada dura para siempre, ni siquiera el ritmo inquebrantable de una leyenda.

Sin embargo, en esta reflexión sobre la fragilidad humana, hay espacio para la esperanza. Cada despedida marca el comienzo de algo nuevo. Simon Dawson, ahora llamado a tomar el relevo, lleva consigo el peso de un legado monumental—o como se dice aquí en Inglaterra, «big boots to fill.» Pero también lleva la oportunidad de escribir un nuevo capítulo. Simon, no estás solo. Los fanáticos de Iron Maiden están contigo, porque sabemos que tu talento y pasión darán nueva vida a esta extraordinaria saga.

Nicko, tu despedida no es un adiós, sino una transición. Has entregado tu corazón y alma a esta banda y a sus fanáticos, y siempre llevaremos con nosotros el regalo de tu música, tu alegría, tu humanidad. Mientras das un paso atrás, te deseamos días tranquilos, llenos de armonía y paz. Sabemos que el ritmo de tu vida, incluso lejos del escenario, seguirá latiendo con la misma intensidad.1649

Y mientras damos la bienvenida a Simon con un cálido “mucha suerte,” no podemos evitar reflexionar que el tiempo no puede detener la música. La música vive más allá de nosotros, trasciende cuerpos y épocas, y seguirá contando su historia. Y nosotros seguiremos viviendo esa historia, alzando los brazos al cielo para gritar una vez más: ¡Up the Irons!